Me duelen los oídos al hacer submarinismo

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Una consulta frecuente en cualquier centro de otorrinolaringología es la de los problemas óticos en relación a la práctica de submarinismo.

Sobre esta cuestión lo primero que debemos aclarar es que por un lado existen los problemas relacionados con la entrada de agua en los conductos auditivos externos y por otro los relacionados con los problemas de “compensación”. Los primeros no son exclusivos de los submarinistas sino que pueden afectar a cualquiera que realice actividades acuáticas; tienen relación con infecciones/irritaciones del conducto auditivo externo por humedad, alteración de la flora bacteriana de la piel del conducto, tapones de cerumen, etc. En este artículo nos centraremos en los segundos, los problemas derivados de la falta de “compensación”.

Como hemos descrito en artículos previos, el oído medio necesita poder ventilarse a través de la Trompa de Eustaquio para equilibrar presiones. Cuando un submarinista desciende hacia las profundidades del mar aumenta la presión del agua y por tanto aumenta la presión en el conducto auditivo “empujando” el tímpano hacia dentro. Además, el aumento de la presión ejercida sobre el gas presente en el oído medio hace que éste se contraiga generando presión negativa dentro de la cavidad. En el ascenso el juego de fuerzas es inverso: disminuye la presión y se dilata el contenido gaseoso del oído medio, “empujando” al tímpano hacia fuera. Las maniobras de Valsalva son las maniobras que realizamos para abrir la trompa y equilibrar la presión del oído medio con la del oído externo, disminuyendo así la fuerza de empuje/succión sobre el tímpano.

Hay personas que tienen dificultades para conseguir una apertura de las trompas correcta, tanto por un problema transitorio como podría ser un catarro de vías altas, como por un problema estructural y crónico como los déficits de ventilación tubárica. Cuando esto sucede el gradiente de presiones no equilibrado provoca un traumatismo sobre el oído medio y el tímpano que puede variar desde un dolor puntual hasta una perforación timpánica con hemorragia ótica.

En los casos de problemas transitorios como un catarro, una sinusitis, un estado alérgico, es el otorrino el que debe aconsejar la práctica de la actividad o no, en función de la gravedad de la situación. A veces nos vemos obligados a NO recomendarla para evitar complicaciones. Otras veces podemos prescribir algún tratamiento basado en corticoides o descongestivos y permitir con cierta seguridad la actividad.

En aquellos pacientes en los que el problema es crónico y recurrente suele haber una causa estructural detrás. Con estructural queremos decir que por algún motivo la trompa simplemente no se abre todo lo necesario (por eso hablamos de “hipoventilación”) o aunque se abra la ventilación no es correcta. Podemos encontrar pacientes con desviaciones de tabique, pólipos nasales o vegetaciones, entre otros, que justifiquen el problema. Pero es habitual no encontrar ninguna causa específica, simplemente no sabemos porqué la trompa no hace bien su trabajo. En estos casos más difíciles disponemos actualmente de la técnica Tubavent o dilatación de trompa de Eustaquio (https://drviscasillas.com/la-dilatacion-de-la-trompa-de-eustaquio, https://www.youtube.com/watch?v=LBTrqKoAj7A

Por tanto, si te gusta el submarinismo pero te han dolido alguna vez los oídos consulta con un otorrino, te podrá aconsejar y te ayudará a encontrar maneras de poder seguir practicándolo