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Los que me conocen de tiempo atrás saben que tras unos años de ejercicio de la medicina, comprendí que mis conocimientos obtenidos tras horas de estudio y práctica no eran suficientes para resolver muchas de las enfermedades que atendía a diario: problemas como las faringitis crónicas, las otitis a repetición, la rinitis vasomotora…, por citar solo los que se refieren a mi especialidad, no era yo capaz de resolver como se merecen. Estábamos en los años 80, la ciencia era sacrosanta, pero los expertos capos de la Otorrinolaringología me hablaban de grandes avances en patologías importantes, tumores, sorderas, infecciones graves…, pero nadie me sabía ofrecer una solución a los “mocos”, por ej. Ante el regocijo de muchos de mis compañeros me interesé por la homeopatía, en aquella época en pañales en nuestro país, y llegué incluso a cursar algunos cursos, y posteriormente a incorporar a un terapeuta homeopático a nuestra consulta. Durante más de 20 años hemos trabajado compartiendo el tratamiento de muchos pacientes, aunque en la actualidad la colaboración con terapias alternativas la hemos externalizado. Y digo esto para dejar clara mi opinión: la homeopatía no es un fraude, otra cosa es que puedan haber, como en todas partes, personajes fraudulentos, y otra cosa es que la homeopatía tampoco lo resuelve todo, es decir hemos de tenerla y comprenderla como una terapia más que a veces será suficiente para curar un paciente, y otras veces servirá como complemento a una terapia más agresiva, tanto medicamentosa (no creo en eso de que el que hace tratamiento homeopático no puede tomar un antibiótico si lo precisa) como física o quirúrgica.

 

Todo esto viene a cuento porque ha caído en mis manos una reseña de la 1ª Jornada sobre Evidencias Científicas en Homeopatía. Creo que vale la pena destacar de esta reunión, la aportación del Profesor de Física Cuántica de la Universidad de Estrasburgo, Marc Henry, en el sentido de recalcar que el resultado de las altas diluciones de la sustancia básica que se utilizan en la homeopatía, NO puede ser considerado simplemente como agua, argumento principal esgrimido por el “equipo escéptico”, así como la de la profesora Niurka Meneses, de la Universidad de Berna, que ha trabajado en el campo de la agricultura mejorando diferentes cultivos al aplicar homeopatía a la plantación, lo que eliminaría el “efecto placebo”, la segunda argumentación en contra utilizada.

 

Finalmente recordar que la homeopatía está incluida en la sanidad pública de Francia, Alemania, Austria, Suiza, parte de Italia, etc., de uso rutinario en Canadá, Israel, Japón… Debe ser que esos países están gobernados por idealistas o estafadores…
En este sentido, no acabo de entender porque en estos últimos tiempos se ha desencadenado una virulenta campaña mediática en nuestro entorno en contra de esta terapia, con publicaciones que llegan a ser incluso ofensivas, pero que se retratan solas.

 

J. Xavier Viscasillas