Uso-abuso de antibioticos.

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Desde el descubrimiento de la penicilina , el uso de los antibióticos ha salvado innumerables vidas,  y ha mejorado la calidad de vida de incontables enfermos. Estos beneficios han generalizado su uso, tanto en medicina como en veterinaria y agricultura, de tal manera que sin ser demasiado conscientes, nuestro organismo recibe con mucha más frecuencia de la que pensamos cantidades más o menos considerables de antibioterápicos. Sin embargo no están exentos de efectos secundarios.

 

  • En primer lugar, la aparición de resistencias microbianas, es decir, la capacidad que tienen los microorganismos de adaptarse al medio y generar mecanismos defensivos, de tal manera que aquel antibiótico al que se han expuesto deja de representar un peligro para su supervivencia, lo que en la práctica se traduce en la incapacidad de aquel antibiótico para curar una infección determinada, y que previamente SÍ curaba. Pero esto no sucede solamente a nivel individual: si yo tomo tal antibiótico frente al que se genera tal bacteria resistente, como los «descendientes» de esta bacteria heredan su resistencia  a base de cambios genéticos, estoy provocando un problema a otros pacientes de mi entorno que se puedan ver contagiados por estas bacterias resistentes, que a su vez pueden seguir contagiando, con lo que se va extendiendo la incapacidad de aquel antibiótico de atacar aquel determinado germen. La idea general de que ya existen otros antibióticos que cumplen la misma función se aceptaba en el siglo XX sin demasiados reparos; hoy en día esto va cambiando a medida que se publican estudios que ponen de relieve la posibilidad de que en este siglo se produzca una disminución generalizada de efectividad de la antibioterapia, de difícil compensación por nuevos descubrimientos, !!!!! algo así como el cambio climático !!!!, y se contempla un eventual escenario en el que la eficacia de la antibioterapia disminuya de una forma alarmante y se alimenten nuevas vías de investigación, no para descubrir nuevos antibióticos , sino de resolver las infecciones por otros mecanismos, mejorando la autodefensa (inmunidad) o encontrando sistemas de prevención novedosos, por ejemplo.

 

  • Por otro lado hemos de tener presente el impacto que representa en nuestro organismo una terapia anti-microbiana. El antibiótico no tiene capacidad de seleccionar donde actúa, no va únicamente a la zona infectada, sino que se distribuye por todo el organismo mediante el torrente sanguíneo, con lo que igual que ataca las bacterias causantes de la enfermedad, también afecta el equilibrio de otros sistemas necesarios para nuestra correcta supervivencia, principalmente la flora intestinal. La flora intestinal, o Microbiotia, es el conjunto de millones y millones de bacterias que viven en perfecta armonía en nuestro sistema digestivo. Pensad que si abriésemos y extendiésemos todo el tubo digestivo obtendríamos tejido para ocupar una superficie de 300 o 400 metros cuadrados, con lo que » caben todas «. Cumplen una función importantísima en la digestión, selección, absorción y eliminación de nutrientes, sirviendo como una verdadera barrera defensiva frente a diversos agentes agresivos. Ya se ha hecho celebre la frase de «el intestino, segundo cerebro» por la gran repercusión que tiene en el funcionamiento de todo el organismo. No es momento de entrar aquí en la necesidad de realizar una dieta adecuada, uno de los factores importantes en el mantenimiento de esta flora, pero sí que hemos de recordar que un tratamiento antibiótico tiene una gran capacidad de destruir parte de esta microbiotia con la correspondiente alteración de su función. De aquí esa idea de que los antibióticos «bajan las defensas» y facilitan la aparición de nuevas infecciones posteriores.

 

Sirva este articulo como un toque de atención más, que añadimos a todos los que ya se van publicando: la antibioterapia hay que utilizarla solamente bajo prescripción  facultativa, y yo aún añadiría, facilitemos a nuestro médico que pueda elegir, sin presiones por nuestra parte (el típico «sin antibiótico siempre le sube la fiebre» y similares) la terapia que considere mas correcta en cada momento.

 

PD: dejamos para un próximo articulo las indicaciones actuales de uso de antibioterapia en las infecciones ORL mas frecuentes.