Roncar, una desagradable actividad involuntaria , que puede representar un problema de salud,o únicamente de relación social,  ha sido y es motivo de múltiples tratamientos. Se han planteado varias técnicas quirúrgicas, afectando diferentes zonas nasales y/o faríngeas, existen diferentes prótesis intrabucales, se encuentran en farmacias diferentes productos que prometen mejorar este molesto síntoma, pero resulta un problema en general difícil de tratar.

Hoy traigo aquí un nuevo planteamiento, basado únicamente en el esfuerzo personal del paciente: la terapia miofacial orofaringea. La idea es que el origen del ronquido no ha de ser únicamente por obstrucción, que puede serlo, pero también puede aparecer por excesiva laxitud de los tejidos bucofaringeos. Sabemos que el ronquido se produce por la vibración de los tejidos blandos que conforman el paladar, la faringe, la lengua,….; si hay un obstáculo al paso del aire por las vías aéreas superiores, esta vibración se hace muy presente provocando el ronquido. Pero en ausencia de obstáculo, la propia laxitud de los músculos orofaringeos , es capaz de facilitar la vibración y producir el ronquido. Siguiendo esta idea, se ha establecido un protocolo de ejercicios, a base de soplar, hinchar los carrillos, mover la lengua, etc., que van a favorecer la tensión muscular necesaria para que no se produzca la dichosa vibración. Estos ejercicios constituyen una autentica rehabilitación de la musculatura orofacial, y para que resulten efectivos han de realizarse correctamente, bajo la supervisión de un especialista en logopedia, que actuaria a semejanza de un fisioterapeuta, definiendo exactamente que ejercicios debe realizar cada paciente, la forma de realizarlos, y sobretodo, controlando el cumplimiento por parte del paciente.

La experiencia demuestra que esta técnica, correctamente realizada, ofrece una mejoría del ronquido muy evidente en unas cuantas semanas, pero recalco, es preciso el correcto cumplimiento de las indicaciones del terapeuta.