Pérdida de olfato y COVID-19
En diciembre de 2019 apareció en China una enfermedad desconocida hasta el momento provocada por un nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) llamada Covid-19 y que se extendió rápidamente en todo el mundo. Dado que este nuevo coronavirus tiene una gran capacidad de contagio y provoca una enfermedad más grave y con mayor riesgo de fallecimiento, el impacto sobre nuestro sistema de salud pública ha sido tan grande que en pocas semanas nos hemos visto obligados a tomar medidas desconocidas hasta el momento: confinamiento, aplazamiento de prácticamente toda la actividad sanitaria no urgente, cierre de colegios, medidas económicas extraordinarias, etc.
Gracias a la posibilidad que tenemos actualmente de acceder a la información de una manera inmediata a través de las redes sociales todos tenemos claro hoy en día que los síntomas principales de Covid-19 son fiebre, tos y dificultad respiratoria. Pero en lo últimos días están apareciendo ciertos mensajes apuntando a que la pérdida de olfato puede ser un síntoma más de los varios que aparecen durante la enfermedad. Y esto a los otorrinolaringólogos nos presenta un importante debate. La pérdida de olfato es un síntoma muy frecuente y inespecífico que puede ser provocado por múltiples causas: desde un resfriado común (la causa más frecuente) hasta procesos neurodegenerativos como el Alzheimer o el Parkinson pasando por patologías propias de la nariz (rinitis, poliposis), tumores, causas externas por inhalación de productos tóxicos o procesos psicosomáticos i/o stress. Aún y así en muchas ocasiones la pérdida de olfato aparece por causa desconocida.
Ante el nuevo contexto que nos impone el coronavirus y siendo la pérdida de olfato un síntoma frecuente provocado por tantas posibles causas la pregunta que nos hacemos es cómo debemos actuar y qué debemos recomendar a aquellos pacientes que estos días nos consultan por este motivo.
Parece ser que la pérdida de olfato como único síntoma podría tratarse de una forma de Covid leve, de predominio en pacientes jóvenes y de muy buen pronóstico, con recuperación completa en 2-3 semanas sin necesidad de hacer ningún tratamiento específico. Aunque no hay unas recomendaciones firmes y ampliamente aceptadas, dado que la enfermedad es nueva y hoy por hoy no hay ningún estudio que aporte datos relevantes al respecto, algunas instituciones como las sociedades francesa y española de otorrinolaringología o la sociedad británica de rinología sí se han posicionado al respecto. La opinión mayoritaria es que ante un paciente con un cuadro de pérdida de olfato de reciente aparición, sin otra causa que lo justifique y aunque no tenga los síntomas típicos de fiebre, tos y dificultad respiratoria, debemos considerar que tiene Covid-19. En estos casos y por el momento, no hay una recomendación clara de hacer el test diagnóstico (y esto es por motivos económicos ante la falta de kits diagnósticos que sufren la mayoría de países) pero debemos recomendar al paciente las medidas de aislamiento propias de una paciente con el test positivo. Esta es una recomendación importantísima, no tanto para el pronóstico del paciente, que como hemos dicho es bueno, si no por el riesgo que tiene de transmitir al enfermedad. Tanto es así que algunas voces empiezan a reclamar que debería hacerse el test diagnóstico también en estos casos con la idea de reforzar las medidas de aislamiento y favorecer la lucha en aplanar la curva epidemiológica.
Ante esta enfermedad nueva y que evoluciona tan rápidamente, con una gran cantidad de información cambiante que aparece continuamente y un gran impacto social, veremos si estas recomendaciones siguen vigentes en los próximos días o semanas. Estaremos alerta.